¿Te quedas con el todo...

...o prefieres la suma de las partes?

En matemáticas esto no es una elección porque no se puede elegir entre una cosa y ella misma. En realidad, presento este artículo con un juego de palabras y lo continúo con otro de fotografías que me han invitado a pensar un poco en cómo creo que miramos y cómo percibimos el mundo que nos rodea.
Sigo el hilo de uno de mis intereses recurrentes: Las fotografías panorámicas. Publicaba en su día un artículo que titulé Sin miedo a las panorámicas en el que planteaba una serie de cuestiones sobre este tipo de fotografías. En la introducción a los capítulos de Panorámicas Esféricas también hacía una referencia a nuestra forma de mirar que voy a matizar un poco con este.

La foto que muestro a continuación es una proyección equirectangular de una panorámica 360  (no es una esférica completa) tomada cerca del Faro de Santander.
Señoras y Señores, ante ustedes... El Todo.


Ahora una colección de miniaturas  de fotos "normales" tomadas en ese mismo escenario.
Quiero que reciban con un fuerte aplauso a... Las Partes.


Vamos a por El Todo. A ver si lo conseguimos. Pongo la panorámica pero ahora en formato navegable. No es como estar sobre el terreno pero es una emulación bastante buena de lo que vemos cuando vamos girando sobre nuestros pies y manteniendo la vista al frente. No sé a vosotros pero a mí, en espacios abiertos, me gusta mirar así. Elegid una dirección de giro y moveros con el ratón hasta dar la vuelta completa.


¿Ya está? 
Cuánto consideraríais que habéis tardado en hacer el recorrido ¿Tres segundos? ¿Cinco? ¿Alguien ha invertido quince?
¿Por qué tan poco tiempo si en esa panorámica hay una cantidad ingente de información?
La respuesta creo que está en que nuestro cerebro es una máquina muy limitada (sin voluntad de contrariar a los que piensen lo contrario del suyo) y que por ello hemos desarrollado una técnica que, sobre la marcha (y para no colgarse como windows), categoriza la información y desecha la que no considera importante.
Dicho de otra manera. Aunque demos una vuelta completa a nuestro alrededor pensando que así lo vemos todo, lo que en realidad estamos viendo es lo que nuestra limitada capacidad cerebral nos permite procesar. Un poco más si exprimimos los recursos de la máquina (hacemos un esfuerzo de atención) o un poco menos si la dejamos trabajar sin presión (nos distraemos).

A mí me pasa que, cuándo me encuentro en un escenario como el de la foto, acostumbro a mirarlo recorriendo los 360 grados (que ya supone un esfuerzo de atención) y siempre me digo al terminar ¡Qué grande es esto! Vamos, que la capacidad de mi cerebro ha servido para ponerme en modo dimensiones y elegir entre pequeño, mediano o grande. Poco más.

Si queremos disfrutar con los matices de la realidad que nos circunda tendremos obligatoriamente que cerrar el foco, restringir nuestro campo de visión. Así, nuestro cerebro recibirá un paquete más pequeño de información y podrá llegar a procesar aspectos de la misma como:

La calidad de la luz


Las líneas de perspectiva


La geometría y el equilibrio


La superposición de planos


O las texturas y el color



Es una pregunta tramposa pero la vuelvo a hacer ahora ¿Con qué os quedáis? ¿Con el todo o con la suma de las partes?

Si es una pregunta tramposa de las buenas, su respuesta pasará por hacerse nuevas preguntas.


2 comentarios:

  1. Como dijo no sé que escritor romano,"el que persigue dos liebres no coge ninguna".Voto por el todo.

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  2. No hay todo J.I.S. O cualquier cosa lo es. Puedes elegir lo que quieras pero solo entre las pocas alternativas que nuestras limitaciones nos dejan. Ese es el mensaje.

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